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Contabilidad y finanzas
Febrero 17 De 2025
¿Significan lo mismo la contabilidad y las finanzas?
La economía de las familias, las empresas y los estados funciona en gran medida gracias a la contabilidad y a las finanzas. Estos dos conceptos clásicos, y vinculados entre sí, permiten controlar ingresos y gastos y gestionar inversiones y ahorro. La contabilidad registra datos y permite una visión general de la situación de una empresa, las finanzas buscan hacer predicciones y facilitar la toma de decisiones minimizando futuros riesgos.
La contabilidad es la parte de las finanzas que se dedica a estudiar las distintas partidas que aparecen en los movimientos económicos de compañías y pymes, y también de una familia o una persona. Es una herramienta que permite estudiar, analizar y medir el patrimonio de una empresa a partir de sus activos y deudas (también conocidas como pasivos).
El de finanzas es un concepto más amplio. La palabra proviene del francés ‘finance’, y según la definición de la RAE, es la “obligación que alguien asume para responder de la obligación de otra persona.” Su objetivo es gestionar y optimizar los flujos de dinero relacionados con las inversiones, la financiación y la entrada y salida de dinero.
Contabilidad y finanzas están íntimamente relacionadas
Los expertos aseguran que las dos disciplinas se retroalimentan. Para Leandro Cañibano Calvo, profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid, “la contabilidad es una ciencia de naturaleza económica y financiera que tiene por objeto producir información para hacer posible el conocimiento pasado, presente y futuro de la realidad económica en términos cuantitativos. Su fin es facilitar la adopción de las decisiones financieras externas y las de planificación y control internas”.
En realidad, las finanzas parten de la propia contabilidad. Para Carles Nácher, cofundador y responsable del comparador de productos bancarios Busconómico, la contabilidad actualizada, es decir, llevada al día, contribuye a tomar decisiones inmediatas, no solo por conocer en todo momento el ‘cash flow’ de la empresa, sino que ayuda a tomar decisiones de inversión, reinversión e incluso al revés, es decir, a frenar gasto. “Decía Napoleón que la información es poder, con buena información se toman buenas decisiones. Con información precaria o superficial se toman malas decisiones, sin duda, tanto en ámbito empresarial como en el familiar”, afirma Nácher.
¿Cuáles son las diferencias entre finanzas y contabilidad?
Aunque buena parte del público general utiliza finanzas y contabilidad como sinónimos, lo cierto es que existen algunas diferencias básicas entre ambos términos:
El alcance de ambos conceptos. Una empresa, por ejemplo, recurre a la contabilidad para registrar las transacciones financieras diarias, mientras que las finanzas se refieren a la gestión e inversión del dinero en los negocios de forma adecuada.
La contabilidad trata de ofrecer una imagen fiel sobre el patrimonio neto en función de los activos y pasivos, y las finanzas, sobre la gestión del efectivo.
La contabilidad es información objetiva, que parte de las transacciones de la empresa y la valoración de sus activos. Las finanzas utilizan además información subjetiva, ya que su utilidad va más allá y nos ayudan a tomar decisiones estratégicas para la familia y la empresa.
El propósito de la contabilidad es comunicar la salud de la situación financiera de un agente económico en un momento determinado. Las finanzas, en cambio, pretenden encontrar formas para mejorar la posición financiera.
¿Qué tipos de contabilidad existen?
Contabilidad financiera. También conocida como contabilidad externa, es la contabilidad propiamente dicha. Se encarga de ofrecer información a todos los interesados en conocer la situación patrimonial de una empresa: los responsables de la empresa, a los inversores, a las entidades financieras y a la administración pública para tomar decisiones.
Contabilidad de costes. Es la contabilidad interna, contabilidad de gestión o contabilidad analítica. Esta disciplina ofrece toda la información interna imprescindible para controlar el funcionamiento de la compañía y mejorar sus resultados a través de los análisis y previsiones. En realidad, la contabilidad de gestión parte de la contabilidad financiera, ya que se utilizan los ingresos y costes de la actividad para realizar los análisis internos.
Aunque la contabilidad es un concepto puramente empresarial, también se utiliza en el ámbito de las familias. Para Nácher, la contabilidad, entendida como un registro simple de cuentas, es perfectamente aplicable para una familia. Sin embargo, no recomienda llevar una contabilidad tan exhaustiva como la de una empresa. “Las familias no necesitan tanto nivel de detalle ni necesitan rendir cuentas ante Hacienda. De hecho, sería muy complicado y caro”, afirma.
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